Agfo­rest se alía con Reza­tec para luchar con­tra el estrés hídrico – Expansión

6 Nov, 2024
Agfo­rest se alía con Reza­tec para luchar con­tra el estrés hídrico - Expansión

La pla­ta­forma Pipe­line Risk per­mite redu­cir las pér­di­das de agua hasta en un 55%.

España pierde cada año más de 650.000 millo­nes de litros de agua, según datos del Ins­ti­tuto Nacio­nal de Esta­dís­tica. Con una red de tube­rías obso­leta, las fugas en la red de abas­te­ci­miento son la prin­ci­pal causa de que gran parte de este recurso se pierda antes de salir por el grifo de los hoga­res.

En este esce­na­rio, la start up espa­ñola Agfo­rest, pio­nera en la apli­ca­ción de inte­li­gen­cia arti­fi­cial geoes­pa­cial (GeoIA) para la cons­truc­ción de smart cities, ha alcan­zado un acuerdo con la bri­tá­nica Reza­tec, espe­cia­li­zada en la ges­tión de recur­sos hídri­cos, para comer­cia­li­zar en España una herra­mienta desa­rro­llada por esta última para luchar con­tra el estrés hídrico que afecta al 42% de la geo­gra­fía nacio­nal. Se trata de la pla­ta­forma Pipe­line Risk, que ha demos­trado en paí­ses como Esta­dos Uni­dos su capa­ci­dad para redu­cir las pér­di­das de agua hasta en un 55%.

“El desem­barco de esta tec­no­lo­gía en España supone un gran hito para el sec­tor. Con­ta­mos con una red obso­leta que pro­duce pér­di­das eco­nó­mi­cas y pone en riesgo la sos­te­ni­bi­li­dad hídrica. La Admi­nis­tra­ción Pública y las empre­sas ges­to­ras de agua son tra­di­cio­na­les, aun­que deben cam­biar su forma de pen­sar y ope­rar ante la situa­ción actual”, explica Pablo Que­sada, Chief Tech­no­logy Offi­cer y cofun­da­dor de Agfo­rest.

La pla­ta­forma com­bina datos geoes­pa­cia­les (movi­mien­tos sís­mi­cos o cam­bios vege­ta­ti­vos) con infor­ma­ción sobre la red de abas­te­ci­miento (mate­rial de las tube­rías, lon­gi­tud de la red, his­tó­rico de fugas, etcé­tera). Y todo ello es pro­ce­sado a tra­vés de un modelo pre­dic­tivo basado en inte­li­gen­cia arti­fi­cial, que per­mite iden­ti­fi­car el 20% de la red de abas­te­ci­miento con mayor riesgo de sufrir pér­di­das. Una vez deli­mi­tado ese 20%, la tec­no­lo­gía ayuda a iden­ti­fi­car el 85% de las fugas antes de que suce­dan, posi­bi­li­tando inter­ven­cio­nes para evi­tarlo.

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