La extracción y procesamiento de los recursos naturales es responsable de la pérdida de más del 90 % de la biodiversidad. La Ley de Restauración de la Naturaleza es, sin duda, un paso firme de Europa hacia un futuro más verde. Esta norma tiene como objetivo actuar sobre el 80 % de los hábitats europeos, que se encuentran en mal estado, facilitando la regeneración de los recursos naturales. A continuación, desgranamos las claves es esta ley y cómo impactará en la mejora de la habitabilidad de las ciudades en la Unión Europea (UE).
¿Cuáles son los objetivos de la ley?
Aprobada en 2024, la Ley de Restauración de la Naturaleza busca mitigar los efectos de la actividad humana sobre la biodiversidad en, al menos, el 20 % de las áreas terrestres y marinas de la Unión Europea (UE). Se trata de un hecho inédito: la primera normativa de estas características con alcance continental. Entre sus objetivos, destacan el incremento de la biodiversidad y la contribución a la regeneración de la naturaleza. Limpiar el agua y el aire; favorecer la polinización de los cultivos o mitigar el impacto de fenómenos climáticos extremos como inundaciones, entre otros.
En el marco del compromiso de la UE con la neutralidad de carbono y con el principal objeto de dar respuesta a la incesante demanda del mercado de créditos de carbono (EU-ETS), la normativa hace especial hincapié en aquellos hábitats con características ventajosas para la reserva y captura de carbono. Como parte de la Estrategia de Biodiversidad de la UE, se espera que la Ley de Restauración de la Naturaleza permita la consecución del compromiso suscrito en el Acuerdo de París: reducir el calentamiento global a 1,5ºC.
Hitos de la ley para la restauración de la biodiversidad
Si bien es cierto que la Ley de Restauración de la Naturaleza plantea numerosos desafíos, supone un cambio de paradigma. Los estados miembros deberán cumplir sus objetivos de forma vinculante, contribuyendo a la mejora de la biodiversidad y, por consiguiente, la sostenibilidad planetaria. Especialmente importantes son los hitos que la normativa marca en el calendario para rehabilitar el 80 % de hábitats en mal estado dentro de la Unión Europea (UE). Deberán restaurarse, al menos, el 20 % de los espacios para 2030, el 60 % para 2040 y el 90 % para 2050.
La ley recoge acciones adicionales para favorecer la proliferación de la biodiversidad en su sentido más amplio. Por ejemplo, plantar un mínimo de 3.000 millones de árboles antes de finalizar 2030, garantizando que no se produzcan pérdidas adicionales. Se busca, además, la supresión de barreras artificiales en los ríos, mejorando la conectividad hídrica. En este sentido, se prevé restaurar un total de 25.000 kilómetros de ríos a su cauce libre para finales de década.
Beneficios que trascienden el cambio climático
Es innegable el hecho de que la restauración e incremento de la biodiversidad ayuda a mitigar los efectos del cambio climático. Reducir la temperatura de las ciudades, el número de sequías o inundaciones son algunos ejemplos claros. A todo ello debemos sumar los beneficios para la salud. Recientes estudios hablan sobre el menor riesgo de enfermedades y mortalidad de las personas que viven cerca de espacios verdes:
- Reducción de en hasta un 28 % la incidencia de la diabetes tipo 2.
- Mejorar la frecuencia cardíaca en reposo y la presión arterial.
- Riesgo de mortalidad general y mortalidad cardiovascular un 31 % y 16 % más bajo, respectivamente.
- Reducción de la incidencia de problemas mentales como la ansiedad o la depresión.
Iniciativas y medidas específicas de la ley
El desarrollo reglamentario que acompaña a la Ley de Restauración de la Naturaleza establece requisitos específicos para los diferentes tipos de ecosistemas, como las tierras agrícolas, los bosques y ecosistemas urbanos. Tras identificar los principales desafíos en materia de gestión de la biodiversidad en todo el territorio de la Unión Europea (UE), éste incluye iniciativas y prioridades específicas:
- Insectos polinizadores: numerosos insectos polinizadores se encuentran en riesgo en Europa. El Reglamento de Restauración de la Naturaleza establece medidas específicas para invertir el declive de las poblaciones polinizadoras.
- Reservas de carbono: conseguir la neutralidad de carbono para 2050, tal como establece el Pacto Verde supone un reto de gran calado. La regulación hace especial hincapié en proteger aquellos hábitats que suponen grandes reservas de carbono.
- Cobertura vegetal: la planificación urbanística hasta la fecha ha sido deficiente en lo que a vegetación se refiere. Ahora, la UE pone el foco en evitar la pérdida de cobertura verde en las ciudades, así como espacios verdes urbanos.
Datos satelitales al servicio de la biodiversidad
La tecnología se erige como aliada para mitigar el impacto climático y ayudar en la protección de la biodiversidad en la Unión Europea (UE). Los datos satelitales han supuesto un punto de inflexión en el análisis del territorio. Combinar imágenes satelitales con modelos analíticos y predictivos de inteligencia artificial (IA), como las soluciones desarrolladas por Agforest, permiten la toma de decisiones orientadas a mejorar la habitabilidad de las ciudades.
Existen numerosas similitudes entre la Ley de Restauración de la Naturaleza y la regulación Biodiversity Net Gain (BNG), aprobada por Reino Unido el pasado año. A través de ella, el gobierno británico busca convertir la biodiversidad en un activo financiero, dando lugar a la creación de un mercado al servicio de la reducción del cambio climático y la mejora de la habitabilidad de las ciudades. Entre las principales ventajas de la IA junto con los datos satelitales, destacan:
- Identificación de especies: aplicar modelos de IA capaces de generar inventarios forestales en el campo y las ciudades. Esto permitirá, combinando diversas bases de datos, conocer las especies vegetales en cada hábitat, independientemente de su ubicación o dimensiones.
- Tipología o usos del suelo: la tecnología satelital ayuda a automatizar procesos, mejorando la eficiencia y reduciendo el incremento de costes que supone el trabajo de campo. En este sentido, la IA junto con las imágenes satelitales cuenta con la capacidad de segmentar la tipología o usos del suelo en coordenadas específicas.
- Conocer la salud de la vegetación: restaurar la biodiversidad implica conocer la salud de la vegetación existente en cada área. A través del análisis de los infrarrojos cercanos que ofrecen los datos satelitales permiten analizar todas las variables necesarias para actuar en caso de ser necesario.
- Estudio de la vegetación: sumideros de carbono, ejemplares centenarios o cobertura vegetal son algunas de las principales preocupaciones de la Ley de Restauración de la Naturaleza. Con todos los datos disponibles mediante satélite, la IA permite saber desde el ph de la tierra hasta el NDVI sin necesidad de trabajo de campo, mejorando el análisis de grandes extensiones.